domingo, 16 de octubre de 2011

After.life (2009)

Interesante película sobre la muerte. Salvando las distancias, si "Hereafter" de Clint Eastwood se enfocaba a las experiencias cercanas a la muerte, "After.life", que viene a significar algo parecido, supone un planteamiento original sobre las experiencias posteriores a la muerte. Todo ello desde un punto de vista sobrenatural o espiritual, es decir, tomando por sentado que hay vida después de la muerte.

Me acerqué a esta película pensando que me iba a encontrar algo más cercano al género zombie o algo así como "Deadgirl" (2008), que me gustó bastante. Pero no tiene nada que ver y me sorprendió gratamente, quizás porque no tenía mayores expectativas. Es el primer largometraje de la directora Agnieszka Wojtowicz-Vosloo, americana de origen polaco, habiendo también participado en el guión.



Christina Ricci, que es experta ya interpretar personajes góticos y oscuros ("La familia Adams", "Sleepy Hollow"), encarna a Anna, una joven maestra que no acaba de encontrar la felicidad a pesar de que su novio Paul (Justin Long) está muy enamorado de ella. En una escena digna de "Final destination", Anna confunde una declaración de matrimonio de Paul con un intento de separación. Anna, enfurecida, sale corriendo en su coche para acabar teniendo un accidente mortal, sin que Paul pueda hacer nada.

Lo siguinte es despertar en una mesa de una funeraria, donde Elliot (Liam Neeson), prepara a los cadáveres para que tengan el mejor aspecto en su funeral. Anna es capaz de comunicarse con Elliot porque, según éste, él tiene un don. Sin embargo, ella no acaba de estar convencida de lo que le dice y rechaza estar muerta. Por su parte Paul hace todo lo que puede por ver a Anna, pero Elliot evita el contacto entre ambos para que su separación sea menos dramática.

Con estos elementos, la trama resulta ser bastante interesante, dado que a pesar de la palidez de Anna, por momentos ella realmente piensa que está viva, y Paul no puede creer que esté muerta.

Aunque no llega a ser aterradora, desde luego sí que llega a ser inquietante. Y sin bien no es demasiado sorprendente en su desenlace (algo previsible), After.life presenta a través del personaje de Elliot una perspectiva un tanto desoladora sobre la vida y la muerte, pero bastante más cercana a la realidad que lo que nos queremos pensar. Para mí una sorpresa.

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